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Mis hijos, que volvieron al agua


¿Cuántas heridas tienes? No, no me refiero al corte en el dedo ni el rasguño en el codo. Cierra los ojos y señala el lugar de la herida. Puede que esté en el corazón, en la cabeza, en el vientre. Una sola mano te permite tapar la herida.


Cuando pierdes un hijo no hay manos suficientes para tapar porque la herida está en la cabeza, en el corazón, en el vientre. Solo tienes dos manos,


y tres heridas.


La sangre cae a borbotones. Un médico cierra con el mismo hilo con el que cierra todas las heridas, aunque las nuestras sangren de manera diferente.


Ya está. Salir del hospital y, en tres o cuatro meses, volver al trabajo. Ya ha pasado. Vuelve al trabajo. Ya la vida te ha enseñado que no puedes tener todo lo que deseas. Vuelve.


Me interesa el tema de la maternidad, los hijos que volvieron al agua, los hijos que no pueden ser. Las mujeres que no pueden concebir y su silencioso drama. Y leo mucho sobre eso porque leer me hace la vida más ligera. Me ayuda.


Leo que Belén García Abia escribe un libro que se llama "El cielo oblicuo" y trata sobre una mujer, una no-madre.


Leo:


"En ese tiempo me dolía no conseguirlo. Me dolía el cuerpo".



Y, claro, lo compro. Es un texto a medio camino entre la prosa y la poesía. Creo que no hay un modo mejor de relatar la historia que el que elige Belén. Relata un drama que remueve a muchas mujeres, y hombres, y es necesario explicarlo. Pero habla de los hijos no nacidos e imaginados tantas veces y, para eso, necesitamos toda la poesía.


El libro parece que pasa de puntillas, parece querer decirlo pero no querer exponerse (tanto). Imaginas perfectamente a la mujer feroz, su enfado, la cara de su ginecóloga, los ángeles, el color del monstruo. Imaginas perfectamente cómo es "aquello".


"La mujer feroz vive dentro. Quiere salir, tengo miedo y la encierro y la hago callar y se enfada y yo me lleno de ira. La ira es fuego. La locura es fuego. La pasión es fuego. La purificación es fuego. El erotismo es fuego.

Escribo y se calma"

Escribir para sanar.

Leer para encontrar consuelo.

Compartir para dar aliento: una vez "ella" se abrió paso entre el agua y desafió a las leyes naturales. Una vez, entre muchas, sucedió. Por eso, "ella", es todo para mí.



No dejes de leer "La palabra más hermosa" de Margaret Mazzantini. Relata el horror de la guerra de Sarajevo y además profundiza en la vida de Gemma. Una no-madre. Me gusta mucho este libro. Se hizo película, protagonizada por Penélope Cruz y con el nombre "Volver a nacer". Como casi siempre, mejor el libro. Me despido con un fragmento.


"Esperanza, pienso en esta palabra que cobra forma en la oscuridad. Tiene la cara de una mujer un poco abatida, de aquellas que arrastran su derrota y sin embargo logran salir adelante con dignidad. Mi cara, quizá, la de una muchacha envejecida, detenida en el tiempo, por fidelidad, por temor. Salgo al balcón, veo lo de siempre. El edificio que hay frente al nuestro, las persianas entornadas. El bar con el letrero apagado. Es el silencio de la ciudad, polvo de ruidos lejanos. Roma duerme. Duerme su fiesta, su pantano. Duerme la periferia. Duerme el Papa, sus zapatos rojos están vacíos. "


(La fotografía de portada está tomada por Deva en la Playa de Luanco, Asturias)



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