top of page

Anoche un libro me salvó la vida


Resumen de un año lector,


Amanece enero en el hospital. Casi todos los que vienen a verme traen un libro. También sonríen y hablan bajito. Voy depositando los libros en la mesita hasta hacer una montaña. Mi hermana también me trae un cactus de color violeta que duró hasta mayo. No sé cuidar plantas, ni siquiera un cactus. Le quise tanto que le ahogué.

El cactus corona la montaña de libros, que cada vez está más y más alta. Yo no quería que se fuera a casa ningún libro sin mí.

Mi cirujana me pilló una noche sola y descalza, con los libros repartidos por la cama, observándolos como si fuera una librera que escoge el libro perfecto para su cliente. Quizá, en ese momento, fantaseaba con eso. Ella fue mi cliente y me preguntó qué libro de aquellos le aconsejaba. Después hablamos de la herida.



La base de mi montaña la ocupó "Amar la herida", el poemario de Carmen Juan que cuenta las cosas más tristes de la forma más bella. No fue casualidad. Hay quien cree que los libros enseñan a amar. Fue mi poesía para los días blancos.

Le siguió "Momentos estelares de la humanidad" (Stefan Zweig). Días después mi prima, que fue quien me trajo a Zweig, también me regaló "Carta de una desconocida", quería que yo tuviera su ejemplar dedicado.

"Deseo que venga el diablo" (Mary MacLane) vino de la mano de la sonrisa más dulce cuando no la esperaba. Nos sentamos los tres y hablamos de la piscina, de una piscina a la que a MJ le gusta ir. Estaba preciosa y me envolvió en la misma paz de siempre. En agua.

Mis queridos hicieron colecta y vinieron con "Toda la historia del cine" (Blume) para mí. Es el libro perfecto para los que amamos el cine. También me trajeron revistas. Hacía siglos que no leía Fotogramas. Con la revista regalaban un calendario de 2015 que esperaba llenar de citas de colores pero lo llené de citas médicas.

Quien sabe de mi pasión por Berlín me regaló "En la ciudad del mañana", las cartas que Brigitte Reimann y Hermann Henselmann se escribieron en el Berlín comunista.

En la montaña de libros también estaba "Sofía Petrovna" (Lydia Chukovskaya). Lo leí pocos meses después sentada en la playa. El día que tomé una decisión.




Fueron muchos más libros que fui leyendo repartidos en meses de salas de espera, curas y nuevas cirugías. Y a los que fui añadiendo más recomendaciones y libros que tenía en la lista de deseos. La expresión "anoche un libro me salvó la vida" no me puede ser más cercana.


Este año he leído muchos libros de editoriales pequeñas, aunque habrá que ir dejando de nombrarlas así porque han hecho algo grande: devolver a los lectores el placer de comprar libros. Por sus exquisitas ediciones, por la reedición de textos ocultos, por el descubrimiento de grandes autores.


De Impedimenta he leído "La vida soñada de Rachel Waring" (Stephen Benatar), "La librería" (Penélope Fitzgerald), "Una chica en invierno" (Philip Larkin) y "Oso" (Marian Engel).


Leí "Oso" en un tren que cruzaba Dinamarca, sintiéndome acogida por aquel paisaje de la misma forma que Lou se sintió acogida por un oso cálido.


De Errata Naturae leí "Sofía Petrovna", "El cielo oblicuo" (Belén García Abia) y la trilogía de Edna O´Brien "Las chicas de campo", "La chica de ojos verdes" y "Chicas felizmente casadas". También de esta editorial "Cosas de niños" (David Wagner).


De Libros del Asteroide "Canciones de amor a quemarropa" (Nickolas Butler), "Monasterio" y "Signor Hoffmann" de Eduardo Halfon (nota: te sigo debiendo el libro). También "Tantos días felices" (Laurie Colwin) y "Aquella tarde dorada" (Peter Cameron).


De Periférica "Mi maravillosa librería" (Petra Hartlieb), que no era la historia que esperaba pero me divirtió mucho y "El cielo se cae" (Lorenza Mazzetti).


De Gallo Nero leí "La garconne" (Victor Margueritte) y espero leer mucho más.


De Nórdica Libros "La casa del mirador ciego" (Herbjørg Wassmo) tan exquisito como demoledor, "Noches blancas" (Fiódor Dostoyevski) y "Saltaré sobre el fuego" (Wislawa Szymborska).


En mayo descubrí a Hornby. Ya, muy tarde y muy imperdonable. Leyendo "Juliet desnuda" nació el blog. En aquel mes necesitaba mudar de piel, escribir y echar fuera mis demonios. Juliet apareció entonces desnuda, como yo. Y adopté su nombre.

Gran descubrimiento Hornby, seguí con "Alta fidelidad" (magnífico), "Cómo ser buenos" y "En picado".


En mayo también inicié la experiencia de un club de lectura con mujeres que fui encontrando por la red y que comparten mi misma pasión. Ahora, además de los libros, nos unen muchas experiencias de vida. Y hablamos. Hemos leído juntas "La chica del tren" (Paula Hawkins), "La casa de las miniaturas" (Jessie Burton) "Tantos días felices", "Hombres buenos" (Arturo Pérez-Reverte), "Aquella tarde dorada" y "Big Brother" (Lionel Shriver).




Leí novela negra. Es un género que no me atrae demasiado pero tengo que reconocer que estos tres me tuvieron muy entretenida: "Vestido de novia" (Pierre Lemaitre), "No hay cuervos" (John Hart) y "Viajo sola" (Samuel Bjork).


Leí, por supuesto, poesía. A Luna Miguel, a Marta Sanz, a Loreto Sesma, la antología beat de Annalisa Marí Pegrum, a Szymborska, a Carver, los aullidos de Ginsberg, a Sylvia Plath. Y más.



Escarbo en la lista que tengo delante del teclado mientras escribo y elijo alguno más porque el post me quedaría demasiado largo si lo cuento todo.

Han sido demasiadas horas de silencio y lectura.

Me atrevo a aconsejar que leas "Niños en el tiempo" (Ricardo Menéndez Salmón), "La nostalgia feliz" (Amélie Nothomb), "El alcohol y la nostalgia" (Mathias Enard).

Más nostalgia.

"Charlotte" (Foenkinos), "Una suerte pequeña" (Claudia Piñeiro), lee a Elena Ferrante, "Del color de la leche" (Nell Leyshon), "El reverso de los demás" ( Kaouyher Adimi), "Las luminarias" (Eleanor Catton) y "Las buenas intenciones" (Amity Gaige), un libro que trata el tema de la custodia de los hijos cuando hay un divorcio y el frágil (en ocasiones) papel del padre. Una huída hacia adelante que te horrorizará y entenderás a partes iguales.

Lee, sin remedio, "Todos deberíamos ser feministas" (Chimamanda Ngozi Adichie)



He reservado para el final mis mejores lecturas de 2015. Son libros muy diferentes entre sí pero todos me han hecho entender la misma cosa: la vida es un puro drama pero siempre vas a encontrar herramientas para remontar. Y también que no trates de ser otra persona porque será difícil que lo logres. Quiérete, respétate y, sobre todo, perdónate. Entre estos libros hay una blogger nigeriana que relata su compromiso como mujer negra y su historia de amor a través del tiempo, un bar que cura la soledad, una mujer frente al dolor de la pérdida (Ana, siempre será un libro especial. Gracias), un plato en la mesa para el ausente y un pianista demente que habla de medicina, locura y música, que escupe palabras sin filtro y te hace mucho mal y mucho bien.




2016, estoy esperando por ti y los libros que traerás.



ENTRADAS DESTACADAS
QUÉ ESTOY LEYENDO
MI PELÍCULA DEL MES
CATEGORÍAS
No hay tags aún.
ARCHIVO
QUIZÁS TAMBIÉN TE INTERESE:
bottom of page