La gente pobre

Jeannie gritó: “¡Eres tú!”, y fuerte contra el pecho estrechó a su marido cual si fuera un amante, y besó su chaqueta arrebatadamente en tanto que él decía: “¡Aquí estoy ya, mujer!”, y mostraba en su frente, que el fuego esclarecía, su alma franca y buena que Jeannie iluminaba. “—Me han robado —le dice—; el mar es una selva.” “—¿Qué tiempo ha hecho? —Duro. —¿Y la pesca? —Muy mala. Pero mira: te abrazo, y ya me siento a gusto.

Fragmento de "La gente pobre" (Víctor Hugo)

Lo que valen algunas vidas lo retratan bien dos películas europeas que he visto últimamente y me han hecho reflexionar, que es básicamente lo que le yo le pido al cine.

"Las nieves del Kilimanjaro" (Robert Guédiguian / Francia, 2011) A pesar de haber perdido su trabajo, Michel vive feliz con Marie-Claire desde hace treinta años. Sus hijos y sus nietos los llenan de alegría. Tienen amigos muy cercanos. Están orgullosos de sus actividades sindicales y políticas. Sus conciencias son tan transparentes como sus miradas. Pero ese bienestar salta por los aires cuando dos hombres armados y enmascarados los golpean, los atan y se fugan con sus tarjetas de crédito.

(Fuente Filmaffinity)

Vale, la sinopsis que hace filmaffinity parece desvelar ya la película y va a resultar muy poco interesante verla. Te equivocas, en realidad importa muy poco el hecho delictivo. Importa mucho más todo lo anterior y lo que sucede luego.

Importa conocer a Michel, padre de una familia francesa media que de pronto se queda sin empleo, su compromiso sindical y político llevado con una dignidad que traspasa, la unión familiar, el amor de la pareja.

E importa mucho qué se desencadena después, que no deja de ser una lucha por mantener todos los ideales a salvo y no dejarse llevar por la ira y la frustración.

El director, Robert Guédiguian, cuenta que para escribirla se inspiró en el poema "La gente pobre" de Víctor Hugo, de ahí la reseña que hago al gran poema en el comienzo del post.

Es una gran película sobre la gente pobre, sí, y también sobre la bondad humana.

"El capital humano" (Paolo Virzì / Italia, 2014) La víspera del día de Navidad, un ciclista es atropellado de noche por un lujoso todoterreno. El desgraciado accidente cambiará el destino de dos familias: la del millonario Giovanni Bernaschi, un especulador financiero que ha creado un fondo que ofrece un 40 por ciento de interés anual, atrayendo y esquilmando a los crédulos inversores, y la de Dino Ossola, un ambicioso agente inmobiliario cuya empresa está al borde de la quiebra.

(Fuente Filmaffinity)

La pregunta que plantea la película es, ¿cuánto vale una vida? Más concreto, ¿cuánto vale la vida de alguien pobre?, que de eso va este post.

Antes de llegar a la pregunta sucede un hecho que es explicado desde tres perspectivas diferentes. El interés de la historia radica en eso, en ver cómo un mismo hecho puede reinterpretarse dependiendo de quién o por qué quiera justificarlo.

Se cuenta tres veces pero está tan bien hecho y de forma tan coherente que no resulta pesado, como sucede en otras películas que utilizan este recurso.

El capital humano cuenta en forma de thriller cuánto darían por nosotros en términos económicos, cuánto valemos. Hagan sus apuestas y luego, vean la película.