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La soledad


"El novato" (Rudi Rosenberges / Francia, 2015) Esta película habla sobre la soledad en la adolescencia. Es tan divertida y optimista que deberían sentarse todas las familias a verla y comentarla en todos los centros de enseñanza (yo lo haré, sin duda).

No oculta el drama, lo hay y se encoge todo dentro, pero es fantástico verlo desde el lado bueno de la vida. El lado que enseña que si se cierra una puerta, se abre una ventana (si estás atento).


Benoit, un chico de catorce años, ha dejado el campo para mudarse a París. Su primer día en el colegio resulta ser más difícil de lo que esperaba y, pronto, se siente aislado. Primero aislado y luego no aceptado. Aquí comienza su lucha diaria por integrarse en el grupo de los más populares dando lugar a situaciones delirantes, bien contadas y perfectamente creíbles.


Lo que nos enseña la película es que en esa lucha titánica que supone ser aceptado socialmente (la más importante para un adolescente), están solos. Hay una crítica velada al sistema educativo que no está atento como debiera a muchos indicios y una ausencia total de las familias. Y aquí me detengo.


Y vuelvo a un tema que me preocupa, como madre y como docente: el uso descontrolado de las nuevas tecnologías por parte de los niños y adolescentes. Los grupos de whatsapp diabólicos donde un líder decide quién entra, quién sale, quién es aceptado o no.


La exposición pública de su soledad.


El silencio cómplice de los demás.


Les hemos dado un arma destructiva a niños que aún no tienen bien asentada la empatía y no calibran, ni de lejos, el daño que provocan. Si ser adolescente ha sido siempre difícil, en esta época de exhibición permanente de la imagen y los "like", es un reto. Me pregunto muchas, muchísimas veces, dónde están los padres de esos menores que acosan, que desprecian y, sin ir tan lejos, que "descartan" a sus compañeros. Toda esa información está en sus móviles, solo hay que preocuparse menos de que nuestro hijo sea feliz al precio que sea y ocuparse de su educación emocional. Es nuestra responsabilidad.


En un momento de la película Benoit abre el foco y descubre que hay más como él. No son los más populares: es el niño obsesionado por las listas (la lista de los que me caen mal, la lista de los que me han hecho daño alguna vez, la lista de las personas de las que he pensado mal en algún momento...), el intelectual que quiere formar un coro, la niña que tiene una discapacidad física y es, sin duda, la más fuerte.

Descubre que en ese grupo minoritario le quieren, cuentan con él y le respetan.


El cine francés, como siempre, cuenta las historias con una sensibilidad exquisita y una cercanía admirable. Es lo que es. Esto pasa. Es común. Podemos tocarlo. Podríamos resolverlo.


La vi en versión original en una sala llena de adultos que reían y aplaudían el valor de Benoit y sus amigos. La sensación generalizada, al terminar la proyección, era dulce. Habían ganado los mejores. Se lo merecían.



Nota: El trailer de la película es de los peores que he visto en tiempo. No refleja la fuerza ni la inteligencia de la historia. Que no te desanime, es una gran película.


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